Disquisiciones sobre piedras 

Tomo piedras de la orilla del lago
Pequeñas /redondeadas
de colores intensos prestados por la lluvia
Gajos de rocas partidas por el frío
la nieve/el viento
o un tiempo de volcanes
Entes viejísimos
que podrían contarme otra historia
Han sido montaña
El modo más simple de justificarme
sería mi atracción por las formas
Sin embargo
no hay cualidad más incierta
Podrían ser los colores
pero es la pátina húmeda
la del milagro
Estas son piedras sencillas
Nunca formarán parte de un túmulo
o serán colocadas en la boca de un muerto
para preservar el cuerpo
No serán talladas
ni trituradas para obtener el ocre
y pintar en cuevas y aleros de montaña
Quizás esté equivocada
e ignore todo de las artes primales
pero algo nos liga a los guijarros
Lo vivo y lo aparentemente inanimado
unidos por un hilo
Bajo el cielo de plomo
la bruma es un incendio azul sobre el lago
Del mismo material vaporoso
son las hebras del hilo
el alimento que trasvasan
Siento el peso de las piedras
Trozos de eternidad en las manos
Lisura imperfecta
No hay eternidad uniforme
Hay las vetas /
el moteado de los distintos materiales
y una relación dispar entre nosotros
Su mera existencia señala
mi extrema finitud
Por esto cabe también la posibilidad
de que ellas me hayan elegido a mí
Desconozco qué pueda darle yo a las piedras
tal vez dilación a su destino de arena
algo tan lejano en mi tiempo
que el acto de llevarlas carece de importancia. 


Mónica Ortelli

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