Noche bajo el Campo de Habas

El quebracho durmiente abraza la huerta,
Sentado yo canto la guitarra,
El aroma del palo santo danza aquí y allí,
Danza con la mujer y el niño en la casa azul,
Donde los frutos se llenan de luna llena.
Las gallinas cierran sus ojos y picos ,
En la casa los cristales de luz se han dormido.
Aquí, las habas susurran los coros de mi canto
Y se nutren el suelo salado con el río de mis lágrimas.


Martín Paniagua

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