Un día cualquiera (fragmento)

A la mañana

Por dónde empezar una historia,
por cualquier parte, todos
los caminos conducen a roma,
pero aquí roma es los caminos.
Cualquier sendero del rizoma
se deja caminar, de todas formas
la historia estaba ya empezada.

Entonces descolgar un enunciado
y otro debajo del anterior
armando una pila, es hilar
en poesía.

De las cosas que se hilan
es en los trenes donde entra
más gente.

Pasan bajo tierra los trenes
como enunciados luminosos
uno tras otro trazando
su espacio. En el interior
tubos fluorescentes en fila
hacen un tren dentro del tren.

Ir combinando ramales
es escribir un texto,
tejer un mapa bajo tierra
que no coincide más que
consigo mismo y sólo por un
instante.

Del otro lado, sobre la tierra,
la lluvia enfría las cosas,
o sea la calle, las paredes,
los autos, los yuyos, las casas,
mientras se enfrían, evaporan
el calor que embelece a los mosquitos,
empecinados por entrar, del otro lado
de la ventana, mañana gris y húmeda,

por sobre todas las cosas. Concreta.

Fran Rovira

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